El presente trabajo se basa en una revisión
bibliográfica de dos textos elaborados por el Dr. Manuel Alcántara Sáez; 1)
Crisis y Política en América Latina, 2) Democracia y valores democráticos de la
clase política latinoamericana. Una segunda aproximación.
En
Crisis y Política en America Latina, el autor, comienza aclarando el alcance
conceptual de –crisis- como “algo
dinámico que refleja la idea de proceso complejo frente a visiones más
reductoras que lo conciben como un
momento unidireccional”. También menciona nuevos elementos conceptuales
como: – clivaje – acuñados por Lipset y Rokkan con el que “se buscaba entender
cuales eran las fracturas que se habían producido en la sociedad y que abrían
paso a expresiones políticas diferenciadas”; y el de Collier y Collier,
“quienes se refirieron a la idea de – coyuntura política – definida como un
periodo de cambio significativo que típicamente ocurre en distintas formas en
diferentes países y que llega a producir
distintos legados”. “De esta manera, continúa,
se concertaban los elementos distintivos de una crisis con sus
condiciones antecedentes y, lo que era más novedoso, quedaban convertidos estos
elementos en simientes constitutivas de la próxima crisis”.
Se
distinguen dos modelos de gobiernos existentes en la década del 70, el
populista y el sultanista. A efectos de este trabajo solo interesa el –
populista – ya que es el que caracteriza al Paraguay y la sub-región. Estos
modelos nacen como reacción al Crack del 29 y el consecuente desechamiento del
modelo liberal imperante hasta la época.
Ambos
modelos experimentarían a finales de los 70 en su propio seno la inestabilidad política,
debido a factores endógenos y exógenos que afectarían no solo la estructura y
relaciones políticas sino las economías de los países latinoamericanos. Esta
situación llevó a los regimenes populistas a convertirse en autoritarismos los
que a su vez generaron la conciencia de la ciudadanía de no tener, y por lo
tanto, exigir mecanismos de seguridad que los protegieran de los Estados que
sin limites cometían atropellos a sus derechos ciudadanos (se hace mención
particularmente de esta consecuencia ya que se refleja claramente en el
siguiente trabajo Democracia y valores democráticos de la clase política
latinoamericana. Una segunda aproximación).
La
situación en Latinoamérica fue muchísimo más compleja que la que se describe,
lo importante es tener en cuenta que fueron un cúmulo de factores los que
llevaron a que, como dice el Dr. Alcántara: “La revitalización de la democracia y del mercado como únicos
ejes interpretativos del juego que suponían
las relaciones entre el estado y la sociedad generaban un nuevo marco de
comprensión de la teórica salida de la crisis”.
Así,
y al decir del ut supra mencionado Profesor, “por defecto” acaecieron dos
transiciones: una fue la transición política, la democracia, que trajo consigo las
huellas de los regimenes, no democráticos en cada caso, tales como unas Fuerzas
Armadas autónomas y presentes en el ámbito político (caso Lino Oviedo en Paraguay
por ej.), partidos defectuosos, con fragmentaciones, enfrentamientos entre el
Ejecutivo y el Legislativo, casi nula renovación de las elites entre otros síntomas
peligrosos que revelaban que las transiciones de la región adolecían del síndrome
de – democracias sin demócratas - , lo que no se tradujo en obstáculos para que
en momentos de prueba, donde la democracia en otros tiempos hubiera sido
victima, se resolvieran a través de mecanismos, en mayor o menor, medida
democráticos. La otra transición fue la económica, que no se dio en todos los
casos paralelamente ya que las incipientes democracias, según su caso,
mantuvieron la estructura económica anterior (estados agigantados e
intervencionistas, nacionalismo económico, reformismo distributivo, entre
otros) lo que también tuvo su punto de quiebre dando un golpe de timón a los
estados hacia una economía mas abierta, una economía de mercado.
En
el estado actual de las cosas los desafíos de los gobiernos, que anteriormente
no figuraban en la agenda son: el narcotráfico, el medioambiente y considero al
más importante de todos en cuanto es el que mayor atención reviste debido a los
datos que se verán más adelante es, y nuevamente en palabras del autor, “la
integración social en el sentido más amplio posible”.
Esto
se refleja en el siguiente trabajo analizado, Democracia y valores democráticos
de la clase política latinoamericana. Una segunda aproximación, que consiste en
la opinión de una selección importante
de la clase política de doce países de la región representativos en cuanto a lo
geográfico y en lo concerniente a desarrollo político.
No
es intención de este escrito detallar o desmenuzar todos los datos, tanto de la
parte teórica, como de los cuadros sino entresacar aquellos que coincidan con
el hecho que de entre todo lo dicho es de suma importancia atender el legado histórico
de los regimenes autoritarios, en este caso, con énfasis en lo socio económico
más que en lo político, por lo tanto a
modo de resumen y en sentido general, como lo vengo haciendo, este articulo
investigativo expone cuanto sigue:
- Existe un consenso en cuanto a la valoración teórica de la democracia y algo muy parecido en cuanto a la estabilidad de la misma y las elecciones.
- En cuanto a la amenaza en democracia se han hecho consultas divididas en cuatro categorías: política, económica, social y socio-económica. En palabras del autor: “pareciera, por lo tanto, que las categorías socio-económicas y económicas prevalecen sobre las políticas y las sociales”.
- Referentes a las ventajas de la democracia se presentaron consultas de tres tipos: liberal-individual, social-participativa y económica. En este caso la ventaja, según las respuestas, son de tipo liberal-individual.
Cabe
oportuna la advertencia que las diferencias en los resultados varían de
distintas maneras, tal es así que en la parte conclusiva del articulo consultado
reza lo siguiente: “se percibe una clara disparidad en las respuestas ofrecidas
a las diferentes preguntas. De ahí que se derive una enorme dificultad de
hablar en términos regionales de democracia. Las distintas visiones de ésta por
una élite profesionalizada, en mayor o menor medida, pone bien de relieve que
cualquier aproximación al tema, considerando America Latina como un todo, es
susceptible de cálculos erróneos y de contribuir a una ceremonia conceptual del
caos”. No obstante demuestra un panorama coincidente con otras mediciones en
algunos casos y en otros contrariamente disímiles pero el caso de estos podrían
devenir de la brecha de lo que piensan las elites política con lo que piensan
sectores de la sociedad.
El
primer articulo seleccionado trata sobre la crisis política en Latinoamérica
que derivó, por defecto, a una transición política y otra económica. Al
esclarecer terminologicamente la palabra crisis me vino a la mente el pensador
español Salvador Madariaga que decía que en el idioma alemán existe una palabra
- werden - que en español
equivale a lo que esta haciéndose permanentemente y a lo que nunca concluye de
hacerse, es decir, el estado de evolución del ser humano y de su propia vida.
Escribe el Dr. Alcántara: “De
esta manera, se concertaban los
elementos distintivos de una crisis con sus condiciones antecedentes y, lo que
era más novedoso, quedaban convertidos estos elementos en simientes
constitutivas de la próxima crisis”. Es decir, que podría decirse, que al haber
una solución a una crisis, implícitamente se están gestando las causas de una
nueva. Pero si la democracia Latinoamericana se originó de una, desde una
perspectiva optimista, no sería desechable suponer que otra crisis o la
posibilidad de una nueva podría consolidarla y perfeccionarla ya que la
democracia es un sistema que se auto corrige y lleva implícita las herramientas
para su consolidación. Esto puede leerse en este articulo en referencia a la hiperinflación
de la economía de algunos estados latinoamericanos que pudieron acaecer en un
desmoronamiento democrático debido a ello sin embargo prevalecieron los
mecanismos de la democracia, o por citar otro claro ejemplo, el mencionado por
Alain Rouquié en Globalización y Democracia
en America Latina, citando el caso de Bolivia y la profunda crisis de
Argentina en el 2001 diciendo que “los electores encauzaron a través del sistema representativo el deseo
de dar nuevamente al país un gobierno legítimo”.
Ahora
bien, siguiendo con Rouquié y el texto citado, también afirma lo siguiente: “el
orden democrático está siempre en peligro porque no es una modalidad – natural
– de gobierno”. Luego en otro apartado sostiene: “La restauración democrática
no ha traído bienestar social ni empleo”.
Del segundo texto analizado se extrae que los
políticos consultados consideran como amenazas a la democracia cuestiones
insertas en las categorías económica y socio económicas como (pobreza,
desempleo, crisis económica entre otras).
El informe del Índice de Apoyo a la Democracia del PNUD
(2002) revela que un 54.7 % de los latinoamericanos preferiría un régimen
autoritario a uno democrático, si le resolviera sus problemas económicos.
En la presentación del Latinobarometro versión 2013,
se inicia con las siguientes palabras: “La década anunciada para el 2010 se
confirma con los datos del 2013. America vive un momento de disminución de la
pobreza, aumento de la educación, aumento del crecimiento económico, que ha
proporcionado el mayor nivel de satisfacción de vida desde 1995”. Sin embargo párrafo siguiente
se advierte que: “la precariedad, la pobreza, la desigualdad, la
discriminación, siguen siendo el Talón de Aquiles, que de alguna manera le
impide seguir al siguiente escalón. La democracia se ve retenida por la
desigualdad en el acceso a bienes políticos y también económicos”.
Continuando
con la línea del Latinobarometro, una manera de medir la calidad de la
democracia es desde la perspectiva normativa e institucional y otra es desde la
percepción del ciudadano común, en como la población se siente incluida en la ciudadanía política y social que son
bienes intangibles y que tienen sus peculiaridades en cada pueblo. En otros
casos estos bienes también son los tangibles.
Desde
este enfoque, puede dilucidarse la idea de - dispersión del poder – ya que,
considerando a la ciudadanía como soberana, supondría que cada ciudadana y
ciudadano sea sujeto de una cuota de poder igualitaria para todos. Ese poder
debe consistir en la posibilidad, sin exclusiones ni barreras, de – desarrollo humano – entendiendo a este
concepto, según PNUD, como: “el aumento de las opciones para que las personas
puedan mejorar su vida”. Esta enunciación acarrea dos escenarios; un espacio
posible para la vuelta a formulas populistas, sin embargo lo brevemente
expuesto demuestra que por el momento esto no es una posibilidad inmediata; el
otro, una profundización del sistema democrático basado en la igualdad desde el
punto de vista republicano y democrático o si se prefiere el de igualdad
política sustentado en la noción del Estado Social de Derecho.
Si
la clase política latinoamericana reconoce que las cuestiones socioeconómicas y
económicas son las principales amenazas para la democracia y sin embargo,
reconocen como ventajas las de índole liberal-individual, desconociendo totalmente
las bondades de este sistema para poder, en principio atemperar para
consecuentemente disminuir las amenazas mencionadas es un factor que debe ser
atendido con su debida cuenta.
A
la fecha la región goza de un importante crecimiento económico, pero los
problemas siguen en la misma dimensión. Por lo tanto, “desarrollar acciones pedagógicas
que intenten desvincular la definición democrática de la política de los propios
resultados, coyunturales, de la economía”, si bien necesaria, no es prioritaria
desde un punto de vista del tratamiento preponderante de la acción
profundizadora de la democracia, sino mas bien, la toma de conciencia de la
clase política, benefactora del sistema, de: que es inminente la reingeniería política
de una estructura que permita, no solo el crecimiento económico, sino la justa
distribución de esos bienes (tangibles e intangibles) que ese crecimiento
genera, haciendo participes a las ciudadanas y ciudadanos de la construcción de
su propia historia.
Leandro Prieto Ruiz