domingo, 20 de marzo de 2016

La Reelección. Un debate a partir de la doxa.

La Reelección. Un debate a partir de la doxa.

En un trabajo anterior se desarrolló, o mejor dicho, se relató el itinerario histórico de la reelección. El resultado de lo investigado fue que en dos ocasiones (Reglamento de Gobierno de 1813 y Ley que establece la Administración Política del Paraguay) no fue manifiestamente prohibida por lo que en una de ellas  se consideró válido reelegir al primer mandatario por tres veces (Carlos Antonio López), en otra ocasión se le puso como límite o condición dos periodos presidenciales de intermedio (Constitución de 1870), en dos ocasiones se aprobó la reelección inmediata por un periodo más (Carta Política de 1940-Constitución de 1967) y una vez la reelección indefinida (1977). Es la Constitución de 1992 la que pone un límite tajante al establecer “No podrán ser reelectos en ningún caso”.  

También se mencionó, que ya es una constante que a determinada etapa de un periodo presidencial aparezcan los grupos pro reforma o enmienda proclamando la enjundiosa necesidad de la reelección, hoy en día claramente prohibida por la Constitución, lo que a su vez genera debate y discusiones en diversos sectores de la sociedad acerca de la conveniencia o no de la reelección cuestión muy diferente al debate seudo intelectual sobre el proceso político-jurídico (enmienda o reforma) que se debería realizar para cambiar el artículo constitucional que obstaculiza la realización de este fenómeno electoral.

En el presente trabajo no hay intención de participar en el debate sobre el proceso pertinente para cambiar dicha disposición sino más bien la idea es recabar los argumentos que según la doxa sirven para sentar postura a favor o en contra de la reelección. Esto es, apartando la ciencia política, la filosofía académica, la sociología y otras ramas que pudieran estudiar el caso, reunir la opinión y lo que la gente común habla al respecto.

Uno de los principales factores que inciden en la opinión de muchos es la subjetivación que se realiza con respecto a una herramienta electoral que es un instrumento jurídico de derecho público. Es decir, la gente sienta postura de acuerdo a sus preferencias sobre el presidente de turno y sus autoridades.
Obviando que la subjetivación es propia del ser humano, también es menester mencionar dos elementos para reforzar esta situación: el primero es que el Paraguay experimentó en variadas ocasiones confecciones constitucionales a medida del mandatario del momento como lo fueron la Carta Política de 1940 para el Mcal. José Félix Estigarribia y la enmienda constitucional de 1977 para el General Alfredo Stroessner. Otro tercer elemento y creo el más importante es que los que proponen la reelección son siempre cortesanos que no pueden ocultar su voluntad de caer en gracia  al Jefe del ejecutivo a quien beneficiaria tal hecho. No obstante a ello, hay que entender que lejos de ser para una persona, la reelección puede ser una herramienta positiva o negativa para el país sin importar a que líder beneficie. Eso sí, debería ser parte de un diseño institucional, de una ingeniería política bien pensada y calculada a través de profundos estudios para luego proponer a la ciudadanía, como poder soberano, su aprobación o rechazo.

Para poder encaminarse metódicamente hacia una reflexión sobre este tema se debería empezar con la pregunta ¿Para que la reelección? 

¿Los periodos son muy cortos para proyectos de impacto efectivo? Podría ser pero el Paraguay debe empezar a madurar como nación con objetivos claros y a largo plazo de modo a sostener las grandes directrices políticas a través del tiempo sin importar los mandatarios de turno. Eso es una República, un espacio o dimensión donde los hombres pasan y las instituciones quedan. Como un ejemplo en la región se podría citar a Chile.

¿Es una limitación de la democracia? ¿Cómo se puede responder a esto? Por una parte puede considerarse una limitación a la democracia pero por otra, ¿acaso esta limitación no fue establecida por medios democráticos siendo por lo tanto un hecho originado por la democracia misma?. Este es un factor a tener en cuenta ya que puede ser un Caballo de Troya al sistema republicano. Para la enmienda constitucional de 1977 que habilitó  la reelección indefinida, Ezequiel González Alsina, vocero de la bancada oficialista, sostuvo ante la Asamblea Nacional que el pueblo era el poder soberano por tanto limitar esa soberanía equivaldría a perjudicar la democracia privándole de su principal condición cual es el gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo, máxima proferida por Abraham Lincoln. Lo que paso después de la mencionada enmienda ya todos sabemos.

¿Podría eternizarse en el poder? Otra pregunta difícil de responder ya que vivimos en un mundo de probabilidades sin embargo sería de gran ayuda realizar un estudio o análisis comparado para los distintos casos que se dieron en la región como el de Colombia, Bolivia, Argentina, Venezuela, Uruguay por citar algunos. Así mismo debería ser imprescindible la existencia de mecanismos sólidos para evitar que esto ocurriere.

¿Es una competencia desigual? Sin la implementación de serios contrapesos es una competencia con enormes proporciones de desigualdad. Imagínese compitiendo un ciudadano común y corriente contra un candidato Presidente de la Republica. Flagrante violación al principio de igualdad de condiciones y tan solo por citar algunas situaciones que podrían darse: 1) utilización de los bienes públicos para la campaña electoral (sin reelección esto ya sucede, ¿qué pasaría si hubiera? 2) Todo acto de gobierno sería una acto proselitista, así la diferencia de espacio en los medios de comunicación seria abismal a favor del candidato Presidente en comparación a los demás contendientes 3) La financiación de la campaña electoral. Empresarios, industriales, proveedores del estado, gremios y cuantos dependan de las decisiones del Estado serian gustosos colaboradores del continuismo que los beneficia. Por eso al hablar de reelección también se debe tener en cuenta los procesos, mecanismos y contrapesos, que deberían ser también de rango constitucional, para garantizar una competencia electoral en igualdad de condiciones.

¿La sociedad castigaría al mal gobernante no reeligiéndolo? La regla general en los casos en que hay reelección es que el Presidente es reelecto. Ahora, definir si fue por buen gobierno o por competencia desigual al ser un candidato Presidente es un asunto que se debería analizar en cada caso. También es cierto es que la posibilidad de volver a ser electo es un inmejorable incentivo para hacer bien las cosas. Sin embargo, utilizar la argucia de que sería una herramienta de premio o castigo no es lo suficientemente sólida ya que podrían utilizarse otras formas de premio/castigo sin tener que estar esperando cinco largos años para hacerlo.

¿Cómo se puede ordenar el debate reeleccionista? Se debería distinguir que este debate en particular está fundado en tres pilares básicos distintos entre sí pero necesarios en su conjunto.

1)    El debate técnico – jurídico. Es en el que los juristas, políticos y entendidos en cuestiones Constitucionales discuten sobre la forma o proceso que se debe llevar a cabo para cambiar el artículo constitucional que prohíbe la reelección.
2)    El debate político-constitucional: Es en el que la sociedad entera plantea o debería plantearse cuestionando, a favor o en contra, amplia e integralmente, este fenómeno electoral en todos sus matices posibles. Es lo que intenta hacer este pequeño trabajo.
3)      El debate de personalización y/o subjetivación: Es en el que, soslayando todo tipo de argumento institucional o doctrinario, gira en torno al peso o la figura de la persona que ejerce como Presidente en ese momento.
Reconociendo en cuál de estas tres dimensiones se dirime la cuestión reeleccionista, facilitaría de manera importante el desarrollo del debate.

Terminando, sin importar  la postura que cada cual pudiera tener, es de fundamental importancia reconocer que la reelección no puede tratarse como un repuesto suelto sino más bien como pieza de un sistema político jurídico diseñado por la ciudadanía mediante sus representantes con un objetivo claro, ya sea un cambio político, un nuevo orden u organización estatal, una distribución de poderes más eficaz, entre otros, que sea de orden institucional, democrático y republicano. No sujeto a la personalización de un determinado presidente o líder. Por eso a mi entender, la reelección debe formar parte de un amplio abanico de posibles reformas constitucionales que sean planteadas  reconociendo que todas son parte de un sistema.
Leandro Prieto Ruiz.


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